LA QUEBRADA

Desde el año 1934, como una diversión, jóvenes descubrieron cómo tirarse un clavado desde las alturas en ese lugar. Se lanzan a un precipicio hacia las olas que se estrellan a 45 metros más abajo, a una poza de profundidad que no llega a cuatro metros. Más tarde se comercializó esta hazaña que asombra a todos los visitantes del país, y de todo el mundo..